En el marco de la eucaristía en la cual Monseñor Oscar Arnulfo Romero será beatificado, representantes de organizaciones, universidades, iglesias y funcionarios, resaltan el legado del obispo mártir asesinado el 24 de marzo de 1980 por ser la voz de las víctimas de la represión gubernamental.
El director de Pastoral Universitaria de la UCA, José María Tojeira, destaca la decisión de Romero de defender a los más débiles y ser un luchador por la justicia y la paz en El Salvador.
“Para todos nosotros es un ejemplo impresionante de amor a los débiles y de defensa de la dignidad humana, esa dignidad humana que tantas veces es pisoteada por la pobreza, violencia o por injusticias sociales e incluso legales”, expresó en una entrevista radial.
Los mensajes de Monseñor Romero significaban una piedra de tropiezo para muchos sectores, pues difundía la necesidad de que las nuevas generaciones conocieran la realidad que caracterizaba a El Salvador y la necesidad de una transformación social.
“Su palabra era como un látigo para aquellos que oprimían a los pobres”
El Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, en su reunión con poetas en Residencia Presidencial se refirió al legado del obispo mártir que será beatificado este próximo 23 de mayo.
El acto contará con la participación de cinco cardenales de todo el mundo, 220 obispos, mil 200 sacerdotes y nueve presidentes, entre ellos, Michael D. Higgins, de Irlanda, y Rafael Correa, de Ecuador.
“Romero desde lo humano se inspiró en el evangelio, pero se inspiró en el evangelio para construir una sociedad que se transforma. Su martirio es una lucha permanente por el cambio, la vida y por los más necesitados”, subrayó el mandatario.
Hizo el llamado a seguir difundiendo el legado que vive en la memoria de salvadoreños y salvadoreñas. “Tenemos que trasladarle esa herencia a la juventud”, dijo.
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